Segunda historia

 Aquí viene mi segunda historia, espero que os guste tanto como a mi o por lo menos un poco.

Me desperté y comprobé que ya no estaba. Me di cuenta que no era una pesadilla, era la realidad, ya no la volvería a ver, y ese nudo en la garganta y el dolor de estómago y de cabeza volvió a mi, cómo en el momento en el que me dieron la noticia.

En ese instante supe que mi vida había cambiado para siempre, algo se fue con ella, y supe que no iba a volver a ser feliz o no como lo era con ella.

Con ella el mundo era diferente, era alegre y por cualquier cosa se hacía una fiesta, cualquier pequeño plan se convertía en una gran anécdota que después contábamos con una increíble conexión, las miradas entre nosotras bastaban, con mirarnos sabíamos que nos pasaba, como estábamos y que queríamos decirnos, era una conexión que nunca había tenido con nadie y que nunca volvería a tener.

Dicen que cada persona pasa el duelo de una manera distinta hay gente que se deprime, otra queda en shock y otra simplemente hace como si nada hubiese ocurrido.

Yo solo sentía vacío y un dolor en el pecho que no cesaba y que en ciertos momentos tampoco me dejaba respirar.

Su madre me dijo que podía decir unas palabras el día del funeral, el día del funeral, esas palabras se me quedaron en la mente, nunca me llegue a imaginar que la próxima vez que la fuese a ver iba a ser en su funeral, creo que ahi me di cuenta que no había aceptado su muerte y que algo dentro de mi deseaba que fuese un sueño y aun tenía la esperanza de volver a verla y poder abrazarla.

¿Qué se supone que tengo que hacer, un discurso, contar anécdotas o como nos conocimos o... una carta de despedida? Yo no me quiero despedir de ella, no lo voy hacer, ella siempre va a formar parte de mi vida porque solo muere quien es olvidado y nunca me podre olvidar de ella. Por lo tanto no lo quiero hacer, no lo voy hacer, yo no me voy a despedir de ella, yo me quiero ir con ella.